domenica, marzo 28, 2010

Crónica de un amor eterno

Desde tiempo antes que amazon.com abriera a la venta internacional su lector electrónico kindle ya tenía el deseo de tenerlo ente mis manos. Pasa que, ya había leído varios libros en el ordenador y resultaba, pues, sumamente cansado e incómodo.

Ya había leído también de sus múltiples bondades, mismas que no pude corroborar hasta tenerlo entre mis manos luego que un amigo me lo trajera y así me ahorrara los taxes arancelarios y de envío. Así pues, luego de una larga espera por fin lo tuve entre mis manos y si, fue amor a primera vista.

No abrumaremos pues, al amable lector con datos técnicos y parafernalia. Envés de eso nos limitaremos a dejar constancia de un breve listado en orden de importancia las razones de mi enamoramiento. Sobra decir, pues, que le recomiendo ampliamente. Se bien que nunca será igual al olor de un libro recién abierto o a tenerlo entre tus manos y admirarlo en nuestros libreros, pero sus ventajas son inmensas. Hagan el esfuerzo. Me lo agradecerán.

Lo recargas dos horas y puedes leer por semanas enteras sin volverlo a cargar.

A pesar de que en el site de amazon especifican que para México no hay servicio de wikipedia y blogs es falso, pues con mi kindle puedo consultar dichas páginas además de cualquier otro sitio de Internet.

La tecnología que utiliza de tinta electrónica e-ink permite su casi nulo consumo de batería, además de ser como papel verdadero (No hay destello de luz por lo que puedes leer cómodamente a plena luz del sol. Como hago yo cuando después de correr me echo en el parque a disfrutar de mis lecturas) llámese blogs, diarios, etc. y lo mejor: totalmente gratis!! no te cuesta un céntimo. Además de que debido a que utiliza la cobertura celular puedes gozar de internet gratuito en cualquier parte del país. Hasta en la autopista que cuando voy en el autobús fuera del df, voy leyendo elpais.com, mis blogs. etc).

Puedes descargar cualquiera de los 300mil libros ebooks que vende amazon en segundos a un buen precio (comparado con libros impresos) además que te ahorras costos de envío por libros que no se encuentran fácilmente: ¡Cualquier libro, en segundos!.

Al respecto del punto anterior quiero hacer un addendum, a pesar de que celebro esa enorme variedad de libros para comprar en segundos personalmente he decidido no comprar ninguno pues he encontrado en la red miles y miles de libros interesantes y gratuitos, por lo que se me haría un crimen pagar por uno, teniendo una lista tan basta de textos gratuitos a mi alcance.

Conveniente es confesar que, a veces entro desde mi kindle al site de amazon y me descargo un capítulo gratuito de los libros que venden pero procuro no hacerlo porque luego me encantan y son libros que no encuentras gratis en google, esto por ser bestsellers y estar escritos en inglés. (Es más fácil encontrar libros gratis en la lengua de Cervantes).

Muchas personas dicen que no es cierto que con los ereaders salvas árboles pues al cargarlo consumes energía; pero, ¿que pasa si lo cargas mientras trabajas, lees el correo, etc;?

Si estás leyendo un libro en inglés con tan solo posicionar el cursor sobre una palabra te muestra su definición (también en inglés), gracias a que trae incluido un basto diccionario sajón.

Si olvidaste algún personaje secundario de la novela que lees, con tan solo teclear su nombre te muestra un historial de todas las partes en que aparece citado dicho personaje. (Esto ya lo había deseado desde antes que existieran los e-readers).

Puedes ir remarcando las frases que más te gusten o incluso hacer comentarios sobre cualquier página, y sobre todo siempre conserva el lugar exacto en que te quedaste sin necesidad de poner un marcador.

No hay necesidad de apagarlo, ya que solo gasta batería cuando cambias la página.

No se ustedes, pero ya no tengo espacio en el librero y a menos que me haga una biblioteca (que si fuera millonario antes me compraba un piano steinway), no me gustaría ver mis libros por el suelo o arrumbados llenándose de polvo. Al kindle le caben 3,500.

En fin, verdad es que podría seguirme pero prefiero no abrumar al lector. Únicamente decirle a mi kindle gracias, por hacer felices mis tiempos muertos, esperas mientras viajo, hacer divertidas mis citas con el retrete, dejarme leer mis blogs y diarios estando hasta en el parque y sin pagar un duro, ser mi compañía cuando tomo té de jazmín y los domingos que al despertar lo tengo en mi cama, cuando voy al parque con mis perras y sobre todo por ayudarme cumplir mi meta anual de 50+ libros sin pagar ni un centavo: GRACIAS KINDLE.

sabato, marzo 20, 2010

Receta de pavo al whisky

Queridos amigos,

Para este fin de semana prepararé esta receta y antes de comenzar quise venir aquí y compartirla con ustedes, quien sabe, igual y se animan a prepararla y compartimos juntos de este magnífico platillo, que me ha encantado y con seguridad me saldrá al pie de la letra.

Un abrazo y ya me contarán.

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INGREDIENTES:

PAVO DE TRES KILOS, 1 BOTELLA DE WHISKY, 150 GRS. DE PANCETA.ACEITE DE OLIVA. PIMIENTA Y SAL

PREPARACIÓN:

1º Tomarse un buen vaso de whisky antes de comenzar.

2º Rellenar el pavo con la panceta, salpimentarlo y echarle un chorrito de aceite de oliva.

3º Precalentar el horno a 180º durante diez minutos.

4º Mientras se calienta el horno, servirse otro pelotazo de whisky.

5º Meter el pavo en el horno.

6º Mientras el pavo está en el horno, tomarse otro pelotazo y cantarle una mijita al pavo.

7º Sublir el horno a 220º, darle caña al derbostato y esberar veinte binutos.

8º Servirse otro belotasso.

9º Al cabo de un drato, hornir el abro para gondrolar y echar un chodreton de güisqui al babo y otro a uno bismo.

10º Darle la güerta al babo.

11º Cantarle un fandango al babo mientras se sicharra.

12º Redirar el babo del honno. si se te dresbala, bruscarlo por el suelo.

13º Odro pelotazo pa inicia dra busqureda.

14º Darse un jardasso al resfalar con la grassa del suelo.

15º Plobar la sarsa del ssuelo que ya estradá fleshquita.

16º Tromarse otra copita e inblitar al babo questa tumbao al lao.

17º Indendar levandarse y desidir que en el suelo se esta de gojones.

18º Abarese la barienta, enguendra el babo en el basillo, lo tira a la bassura y te forma la de dió.

19º Tomarse odro gúisqui.

20º Y adrora a comé….¿y el babo?…¿dronde eshta el babo?…el hio puta sa bebio el wishhky y se a io

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sabato, marzo 13, 2010

Cangrejos y Oceanos

Elvira era desalineada y escuálida, su cabello descuidado y su piel llena de pecas y manchas de sol, probablemente el no encajar en el cliché de la sociedad actual era la razón principal de su anorexia que, aunado a su aspecto físico le hacía parecer famélica.

A sus 28 años recordaba con cierta nostalgia los años en la universidad, donde conoció a Pedro, hace ya varios años atrás. Tras la convivencia larga entre ellos habían logrado establecer ese vínculo estrecho, casi rutinario en que el amor incondicional de él solo crecía en ella el sopor de una monotonía. Las presiones por parte de él en formalizar su unión solo aumentaban su hastío, a lo cual siempre contestaba con una negativa, una prorroga sin sentido acompañada de un gesto incómodo. Pero eran, ciertamente pretextos que Pedro en el fondo bien intuía. La realidad es que desvivía en atenciones hacia ella, a menudo postergaba compromisos con su familia para pasar por ella noche al trabajo y recogerla, satisfacer hasta el mínimo capricho, como en el cine, que siempre veían las pelis que ella escogía aun cuando Pedro detestaba las de humor barato.

Bien sabía que lo suyo con Pedro era comodidad. Una estabilidad que, por otro lado le ahogaba. Quizás en ningún otro sitio encontraba ese alivio como en sus encuentros furtivos en las escaleras de emergencia del trabajo, donde le encantaba correr el riesgo de ser descubierta entre la piel morena y el cuerpo atlético de Alberto, quien gustaba hacer a un lado el borde de su pantaleta para encontrar ahí su fuego secreto.

Fascinada por su aroma a tabaco mezclado con almizcle y esos pantalones de lino entallados, sostenidos por tirantes marrón que su esposa le había escogido. Disfrutaba esa rudeza, esa nula parsimonia. Le pedía que la golpeara contra la barandilla hasta dejarle moretones en el cuerpo. Huellas que Pedro no notaba, pues al igual que con el tema de matrimonio, siempre encontraba una tangente para evitar la intimidad entre ellos. Él lo sabia tan bien, pero no tanto como aquella noche en la terraza del hotel en Acapulco, donde cenaban en parejas con sus ex amigos de la facultad de filosofía y tras despedirse y regresar a su habitación Elvira apagó la lámpara del la mesita de noche y le dio la espalda, sin decir nada. Fue entonces, mientras que él se consumía en la ansiedad de sus deseos, intentando apagar sus anhelos entre sueños y sábanas de seda que Elvira partiría para siempre, pero eso solo lo sabría hasta el día siguiente.

Esa madrugada salió con una blusa holgada y pantalones cortos, la noche era fresca y estrellada. Cruzó el vestíbulo desierto del hotel hasta llegar a una playa sin luna, cubierta por estrellas. Nunca antes había experimentado tanta adrenalina y emoción, nunca sentido en su cuerpo más pasión.

Descalzó sus pies y caminó con la mirada fija y el paso firme. Supo al sentir la espuma del inmenso pacífico salado acariciando su piel, cubriendo cada vez más su cuerpo que no se equivocaba. Por primera vez en su vida se sentía completamente plena, llena de vida.