venerdì, luglio 25, 2008

Museo Dolores Olmedo



A través de una enorme puerta de madera y herraje entras a una hacienda joya del siglo XVl, pavorreales sobre kilómetros de jardines y árboles frutales, arcos y capillas que te llevan a la época de hacendados y terratenientes del porfiriato.

Caminas por un largo empedrado cercado por bardas de piedra cubierta de hiedra y macetas de barro con flores multicolor para llegar a la entrada del museo, con la inscripción:

"A ejemplo de mi madre, la profesora María Patiño Suárez viuda de Olmedo, quien siempre me dijo: todo lo que tengas compártelo con tus semejantes. Dejo esta casa con todas mis colecciones de arte producto del trabajo de toda mi vida, para disfrute del pueblo de México. Dolores Olmedo Patiño".

No pude evitar preguntarme de donde había salido la inmensa fortuna de Dolores, entras y lo primero que ves es una foto de ella abrazada a Carlos Salinas con una placa donde le agradece las facilidades para la implementación del lugar. En esa foto me detuve como 10 minutos, la mirada penetrante de los dos, su presencia, su porte, siempre me ha atraído develar la ideas que pasan por la mente de los líderes. ¿Qué pensarían en ese momento Dolores y Salinas, abrazados?

Pasé por varias obras de Rivera hasta llegar al "Retrato de Dolores Olmedo, 1955 Óleo sobre tela", ella, altiva, impresionante, orgullosa, ¿enamorada?..¿de Rivera? debo confesar que pareciera ser que la obsesión que la lleva a ser la mayor coleccionista del arte de Rivera queda plasmada entre dedicatorias en muchas de sus obras en este que es sin duda un lugar exquisito.



Recorres salas y salas enormes con techos altísimos con vigas de madera y obras de Rivera a pelitud, Y una cocina de la que me he enamorado, un altar de muertos que refleja los colores más hermosos y paradójicamente más vividos. Otras muchas salas acompañan toda la exquisitez de Rivera con la colección de arte privada de Dolores, la de Marfíl, de China, Tauromaquia, Acuarelas de Rivera de su casa de Acapulco, policromados en madera y, un lugar imperdible en esencia.

En muchas de los tantos retratos de Dolores con ex presidentes me llamó la atención que abundan los de Miguel de La Madrid, me puse a investigar y resulta que cuando se casa muy adolescente con un inglés rico (pero avaro), decide poner una PYME de tabiques que pronto se multiplica como los chinos para convertirse en una fuerte empresa constructora que con ayuda de La Madrid gana una licitación para construir la terminal de trenes de Buenavista, de ahí que esta tycoon, de quien soy fan, obtiene fondos para esta hacienda y para su colección hoy valuada en 250 m.d.d. y que gracias a su también muy basta habilidad en auctions trajo a su hacienda yendo a eventos hasta sotheby's en NY.

(Vale la pena leer este artículo que me he encontrado en la red, donde Elena Poniatowska le hace una entrevista por demás interesante «He tenido cuanto he querido» Entrevista con Dolores Olmedo.)

Concluyo este texto reiterando que hay mujeres que nacen para ser un az de los negocios, que se valen de todos los medios y referencias, amantes del arte y de un artista tan extraordinario como Rivera con un gusto exquisito por mi cultura y que además botan a un tipo mediocre y avaro, con la mano en la cintura, esas que legan su arte y sus bienes como herencia universal del país y del mundo, pocas. Y hay mucho que aprenderles.

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